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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Falke - Capítulo 1 By KriiZ

Notas del Autor:
Hallo ¡people! Bueno, aquí les traigo mi primer fanfic escrito por mí! XD no es la gran cosa… pero entretiene, espero que guste ya que lo escribí con mucho ¿cariño? (cursi ¬¬) en fin, cómo es el primero que escribo… agradecería sinceridad en los comments… (Si podéis dejarme uno sería excelente). Saldrá uno por semana… (Ya sea sábado o domingo).
Aquí les dejo la historia…. ¡saludos!
KriiZ

–– ¡Gordon!––
–– Si querida, estoy en la sala– La señora Kaulitz entró rápidamente en la casa, y dirigiéndose a la sala en donde se encontraba su marido, recostado en su sofá preferido leyendo un libro y disfrutando de la fogata que se alzaba en la chimenea.
–– ¿A que no sabes?––
–– Pues no, me has pescado no lo sé––
–– Hace un momento, mientras regaba el jardín, he visto un furgón de mudanza.
–– No comprendo que tiene que ver eso con nosotros–– respondió el señor Kaulitz, quien sólo una vez había levantado la vista para mirar a su esposa, y que luego había vuelto de lleno a su libro sin prestarle más que un décimo de atención.
–– Los Trümper se mudan al gran <>, ¿te imaginas lo que eso significa?–– la señora Kaulitz estaba más que entusiasmada, que se había puesto colorada y respiraba dificultosamente
–– No querida, ilumíname– dijo mientras ojeaba su libro.
–– ¿Pero qué distraído eres?– y el señor Kaulitz inmediatamente dejó su lectura, y la observó por encima de sus lentes incrédulo–– Quiere decir que tendremos como vecinos al Senador Jörg Trümper ¿no es eso asombroso?...imagínate cuando les falte azúcar, y la señora Trümper vendrá a que le regale un poco…– la señora Kaulitz empezaba a parlotear como siempre lo hacía, y al señor Trümper no le quedó de otra que volver a su lectura. La verdad que su señora a veces se ponía muy pesada, y él no era muy fanático de los chismes, eso les correspondía al género femenino, y dado que en casa no había otra más que ella, él debía de hacer ese papel, con tal que su hijo único no pudiera pasar por eso…aunque bastante su madre había hecho, su pequeño hijo amante de la natación, ahora un adolescente amante del delineador y de revistas de modas, todo eso por pasar horas con su madre ayudándole a costurar y bordar prendas para las clientas… aún así se podría decir que era muy feliz, pues amaba incondicionalmente a su esposa gustosa de usar el lenguaje oral tantas veces como no fuera necesario y a su no tan pequeño hijo de más de un metro setenta que amaba diseñar y confeccionar prendas para el público femenino.
–– ¡Imagínate!–– exclamó el señor Kaulitz irónico
–– Búrlate todo lo que quieras, pero eso no me hará cambiar de opinión, tengo planeado ir a visitarles y darles una calurosa bienvenida, porque aún así siguen siendo nuestros vecinos, y nuestro deber es hacerles sentir que son bien recibidos en Black Valley––
–– Cómo si no fueran bien recibidos ya en otro lugar–– murmuró su esposo, pero no quería extender una discusión, así que lo menos que pudo hacer es decirle que la acompañaría.

Ya en la cena, la señora Kaulitz llamó a su primogénito y a su compañero, había cocinado nuggets de piñas, el plato favorito de su hijo.

–– Nuggets excelente! –– dijo su hijo abrazando a su madre y luego sentándose en su lugar de la mesa redonda, su padre le imitó y pronto empezaron a deleitarse con los comensales que su madre como, sabia cocinera que era había preparado.
–– ¡Por los alfileres Bill! ¡No te ataques tanto!–– y como hubiera adivinado, a los segundos éste empezó a toser precipitadamente como atorándose, en seguida su madre le pasó un vaso con agua y éste empezó a recuperarse.
–– Y dime Katherine ¿cuándo iremos a visitar a nuestros nuevos vecinos?–– preguntó curioso el señor Kaulitz
–– ¿Nuevos vecinos?–– interrumpió Bill, quien nuevamente se atacaba la boca y éste intentaba hablar al mismo tiempo.
–– ¡Bill! –– le reprochó su madre, pero éste hizo caso omiso y siguió esperando respuesta
–– Me sorprende que tú madre no te lo haya contando, ésta misma tarde el Falke ha sido ocupado y…
–– ¡Madre mía! ¿El Falke dijiste?–– dijo haciendo amago de atorarse de nuevo.
–– ¡Eso digo yo! –– Dijo la señora Kaulitz, pasando por alto que su hijo estaba a punto de atragantarse de nuevo–– Gordon y yo iremos a darles una visita de bienvenida ¿vienes?––
–– Oh! No lo creo, de seguro son los típicos ricos sangrones que con unos cuántos billetes tratan de comprar a la gente…yo no me apunto, gracias…
–– Me parece que no tienes que juzgar demasiado rápido eh?
–– No hay mucho que exceptuar cuando se habla de magnates ––
–– Más respeto jovencito, de quien hablamos no es cualquier persona –– aseveró su madre–– el Senador Trümper acaba de mudarse con su familia aquí––
–– ¿Aquí? A ¿Black Valley?–– preguntó incrédulo, su madre asintió–– de todos los lugares exclusivos de Alemania, escogió Leipzig…. Vaya sátira.
–– ¡Ya basta Bill! –– Su madre empezaba a molestarse–– ¿Qué tiene Leipzig? ¿Acaso es muy poca cosa para ellos?, creo yo que este lugar tienes sus atributos, de hecho me atrevo a decir que Leipzig es una de las mejores ciudades de Alemania, incluso mejor que Hamburgo
–– Oh! Te has pasado querida, no creo que sea demasiado… exagerar–– decía su esposo, firme y orgulloso de su origen como Hamburgués
–– Ya basta–– dijo Bill al mismo tiempo que se levantaba de la mesa –– simplemente no iré, gracias madre la cena estaba deliciosa, ahora si me permiten…Buenas noches –– y dicho esto se dirigió escaleras arriba.

Vaya estaba muy cansado, y a parte que odiaba la política y a los políticos, tenía a uno como vecino, en fin lo mejor era descansar pronto sería otro día, lo que le llevaba a recordar que mañana tendría que ir a visitar a su mejor amigo, pues le había prometido acompañarle a reciclar plásticos, pues tanto como él y su amigo eran muy ambientalistas y ambos vegetarianos.

Se retorció en su cama enredándose más con sus sábanas una última vez y luego quedó profundamente dormido.

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–– Padre te pido que recapacites, aún estamos a tiempo ––
–– Tom, la decisión está tomada, por favor deja de quejarte ––

Un joven de unos dieciocho años de edad, de ropas anchas y rastas rubio cenizo se colocaba sus audífonos por enésima vez. Esta vez no lograría convencer a su querido padre, sin embargo no se daría por vencido, algo planearía para hacerle cambiar de opinión, tendría que ser algo rápido y efectivo… como pastillas para el dolor de cabeza….si definitivamente tendría que ser un dolor de cabeza para que su padre se retractase y así salirse con la suya, siempre lo hacía y ésta no sería la excepción.

–– Hijo, ya verás Leipzig te encantará –– una voz suave proveniente del asiento del copiloto hablaba
–– ¿Qué de bueno puede haber en Leipzig? ––
–– Es una bonita ciudad, ya verás, es algo pequeña pero tranquila –– decía su madre tratando de consolarle–– tu padre compró una gran casa en uno de los barrios más exclusivos de Leipzig, te encantará
–– Allí no conozco a nadie
–– Es hora de hacer nuevos amigos, necesitas cambiar de ambiente, verás que la prensa ya no te molestará
–– ¿Quién dijo que la prensa me molestaba? No tengo nada en contra de eso, los que se avergüenzan son ustedes, no yo
–– Thomas por favor, madura ya –– ésta vez habló su padre que había permanecido callado –– si hacemos esto es por ti, necesitas enderezar tu vida, encaminarla y alejarte de malas influencias, así que por favor no lo hagas más difícil.
–– Mi vida está perfectamente, no necesito enderezar nada, mis amigos están bien –– replicó molesto –– si querían ayudarme pues están haciendo justamente lo contrario, ¿creen que por alejarme de Hamburgo voy a ser mejor persona o voy hacer más obediente? Se equivocan––

Y antes que pueda escuchar alguna nueva riña de su padre, se colocó nuevamente sus audífonos y subió el volumen al rap de Samy Deluxe, ¿qué le hubiera dicho su querido amigo Deluxe de haber estado allí con él? De seguro que saltara del vehículo en movimiento, pero pensó: demasiado cansado como para hacer alguna locura, y aunque estuviera con ganas no lo

Haría, definitivamente a Samy le faltaba una tuerca, y eso lo descubrió cuando lo conoció en una discoteca en Hamburgo, él tipo era un loco sin embargo a Tom le agradó demasiado, que luego de eso y muchas más salidas se volvieron buenos amigos, y les encantaba hacer escándalos, que para eso ambos eran muy buenos, Tom esbozó una sonrisa recordando esos momentos y nuevamente echó de menos su ciudad natal…definitivamente la extrañaría junto a sus compañeros de fiestas y filtreos, el “pequeño Georgi” que por su baja estatura le hacía el diminutivo, aunque la verdadera realidad era que él era demasiado alto, y que George en realidad era de normal estatura. Aún así, se sintió nostálgico, y mientras divagaba en sus pensamientos ni se dio cuenta cuando quedó dormido.

–– Tom! Cariño despierta, hemos llegado–– una suave mano lo zarandeaba dulcemente
–– Que no George, que la rubia es mía…. –– decía el aludido entre sueños
–– ¿De cuál rubia hablas Thomas? –– Su madre dejó lo dulce y adoptó una voz de autoridad

que pocas veces le gustaba usar –– ¡Thomas!

Éste del susto, rueda hasta la puerta entreabierta y casi cae, de no ser porque su padre lo sujetó antes que diera de lleno en el piso de mármol de la acera que ahora era su nuevo hogar. Una vez que se desperezó, salió completamente del vehículo bostezando, y una vez afuera le vio…

–– y bien Tom ¿qué tal está?
–– What the fuck?
–– ¡THOMAS!
–– ……………

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