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domingo, 5 de septiembre de 2010

Tus ojos y mi alma – Capítulo 2 By Ergnas


La casa estaba reluciente a mi “queridísima” madrastra le encantaba lo lujoso, exagerado, floreado, aunque flor cerca de ella se seca a el instante. La casa, bueno en realidad la mansión parecía en este momento un museo medio mmmm iglesia.
Todas las habitaciones tenían flores, incluidos los baños. Todo estaba perfecto para recibir a esa “Cosa”. Mi casa era mi lugar de recuerdos, era fantástica, tenía tres plantas. En la parte de abajo: Entrabas un gran salón, a el lado derecho había un pasillo lleno de cuadros y ramos de flores con una luz muy tenues, y lo mas impresionante a el final de este pasillo una gran puerta que se habría en las grandes fiestas un inmenso salón de baile. Este sitio era de lo mas relajante las paredes eran azules con pequeños ángeles pintados, tenia una gran mesa, sofás de lo mas cómodo y en una esquina un lugar con un gran piano, hay normalmente se ponían los músicos. En mitad de lo largo de la habitación, una gran puerta de cristales daban a un hermoso balcón redondeado, con hiedra en el,  y hay se vía el hermoso jardín y esa fuente, ese ángel de bronce que a sus pies el agua hacia cascada, mi mama la mando a fabricar decía que en ese ángel habría algo, que me llevaría a la felicidad. Siempre me quedaba mirándolo, y no encontraba nada que yo notara que me hacia feliz. Ya que a el lado de este ángel mi madre….. Murió.
En la parte de abajo están los lavabos, cocina, habitaciones de las personas que trabajan en casa, dos salidas diferentes. Si subimos las escaleras llegamos a la parte de las habitaciones 10 habitaciones exactamente, completamente amueblas a lo grande, hay también estaba el lugar favorito de papa su despacho/biblioteca. Cuando el no estaba aprovechaba a ir a ella y leer, es mi mayor afición “igual que… mama”. La ultima parte de la casa era el ático, hay están todas las cosas de mi madre. Cuando esa “Cosa” se caso con mi padre exigió sacar todo lo de mama, maldita.
Félix: Que bueno estar de nuevo en casa – Salió mi padre de la carroza tirada por dos caballos.
Úrsula: Querido, dame la mano puedo caerme – Hay estaba esa “Cosa”
Una pena no te rompas la nariz – pensé mientras la vía bajar.
Úrsula: Cuanto me complace estar de nuevo en mi casa  - Dijo y me miro sonriéndome
¡¡Falsa, hija de … - En ese momento, se me cayeron los pensamientos
Galiana: Hágame el favor, y ayudarme a bajar, que es este respecto – Grito esa maldita vieja
3 de los hombres que mantienen la casa, corrieron a ayudar a esa víbora.
Tomo su bastón, y añadió:
Galiana: Esta casa necesita pintarla, en donde tienen los ojos, gente indecente – hizo una mueca y a empujones entro en la casa.
Mi padre me sonrió y vino hasta mi
Félix: Hola hijo, ¿Cómo …!! – mi padre callo a oír los gritos
Galiana: Que demonios es esto, no quiero narcisos blancos, saquen esto de aquí – Grito esa maldita vieja.
Félix: Luego hablamos Bill – Y corrió a la casa
Todos los sirvientes corrieron a complacer a la señora vieja, incluidos mi padre y esa “Cosa”.
Félix: Luego hablamos Bill – Y corrió a la casa
Úrsula: Tranquila madre, la gente es indecente sobre todos los criados – le digo la “Cosa” a su estúpida madre.
Félix: Sabéis que a Doña Galiana, no le gustan los narcisos blancos – hablo mi padre con voz gritona.
Sirvientes: Si señor lo sentimos, nosotros …..
Ya era suficiente que era ese trato, por ser sirvientes no se trataba mal a una persona, camine directamente hacia la parte trasera de la casa. Hay estaba mi mejor amiga….
Bill: Hola pequeña, ¿Cómo tienes tus orejitas?
Ella no podía contestarme, pero hablaba con ella, sentía que me oía. Ella era Dark mi yegua, mi compañera, mi única amiga.
Bill: ¿Sabes Dark? Acaba de llegar papa y esas dos “Cosas” desde que llegaron solo se pusieron a gritar y dar órdenes.
Dark abrió mucho los ojos y dio dos relinchidos.
¿?: ¿Bill que haces aquí? ¿Cómo es que no estas haciéndoles masajes a las dos brujas en las pezuñitas? – Dijo una voz conocida con tono bromista
Bill: Jajaja, ajajajja hazme el favor Gustav, que cosa mas asquerosa seria eso – Me reía de verdad
Gustav: Verdad amigo, que fastidio esas dos mujeres.
Gustav era mi mejor amigo, pero no le dejaban entrar a casa. Cuando yo naci Gustav tenia 3 años, era el hijo de el hombre que se encargaba de el ganado, mi querida mama los acepto aquí, sin pensárselo. Gustav no tenia mama, murió en el parto de el, y su papa había muerto también, un caballo le dio una patada en el pecho, así que Gustav se quedo a cargo de el ganado de la casa. El era el único que me comprendía, no me importaba que no tuviera dinero, que no fuera rico. Su corazón era lo mayor que había.
Gustav:¿ Empieza a contarme que paso cuando llegaron? – pregunto mientras aun seguía en risas.
Le explique a Gustav todo desde que se bajaron, hasta el escándalo por los narcisos.
Gustav: Pero es increíble, no se como tu padre las aguanta – añadió Gustav tocándose las sienes.
Bill: No lo se Gustav, pero estoy cansado de estar con esas dos – dije con voz de cansancio
Gustav: Pero no puedes hacer nada, Bill. – se quedo pensativo
Bill: ¿Qué? -  pregunte lleno de curiosidad
Gustav: La única manera de que esta pesadilla termine es: Casándote – me dijo serio
Bill: ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? – lance un grito
Bill: ¿Pero estas loco no? – dije sin aliento
Gustav: Es la única manera Bill, te van a amargar la vida lo sabes – Me dijo asintiendo con la cabeza
Bill: No puedo Gustav – Le dije
Gustav: ¿Por qué Bill? – pregunto dudoso
Bill: No lo entenderías, es una cosa muy difícil de explicar – añadí negando con la cabeza
Gustav: Bill, soy tu amigo, ¿Es que no confías en mi? – me pregunto con los ojos entrecerrados
Bill: Si, claro que si, solo es que…. No se como explicártelo Gustav – le di esa excusa
Bill: Cuando encuentre las palabras, te lo cuento ¿Hecho? – le sonríe
Gustav: De acuerdo – me contesto respondiendo a mi sonrisa
Los dos nos miremos y nos sonreímos, sabia que el me entendía y me apoyaba en todo, pero no sabia como explicárselo.
¿Había una palabra que definiera eso? – me pregunte
Yo mismo me respondí, ¡creo que no!

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